¿Quién movió la piedra?
Una persona que quería saber qué había pasado fue Frank Morison, periodista y escéptico inglés, quien comenzó su investigación para escribir un libro que probara que la resurrección de Jesús era un mito. Sin embargo, mientras analizaba las pruebas, la opinión de Morison cambió, así como también el tema de su libro. ¿Qué hizo cambiar de parecer a Morison, así como también la temática de su libro?
Morison descubrió que la muerte de Jesús fue verificada por historiadores judíos y romanos. Morison se preguntó si los discípulos habían confabulado un plan para hacer que parezca que Jesús había resucitado. Sin embargo, hay tres problemas principales con esa teoría:
- La tumba estaba protegida por una piedra grande y había un guardia romano entrenado las 24 horas. Hubiera sido imposible para los discípulos quitar la piedra y sacar el cuerpo de Jesús sin que alguien se diera cuenta.
- El plan de resurrección hubiera desaparecido en cuanto alguien descubriera el cuerpo de Jesús, algo que hasta ahora nunca sucedió. Tom Anderson, expresidente de la Asociación de Abogados Litigantes de California, explica lo siguiente: “Con un evento tan bien publicitado, ¿no crees que es razonable que un historiador, un testigo ocular, un antagonista registre para siempre que había visto el cuerpo de Cristo? … El silencio de la historia es ensordecedor en lo que respecta al testimonio contra la resurrección”.[19]
- Los discípulos se transformaron de cobardes en hombres que estaban dispuestos a ser torturados y martirizados por proclamar la resurrección de Jesús. El profesor J. N. D. Anderson, autor de Evidence for the Resurrection, concluye lo siguiente: “Piense en el absurdo psicológico de imaginarse a una pequeña banda de cobardes derrotados encogidos de miedo en un aposento alto un día y unos días después transformados en una compañía que ninguna persecución podía silenciar, y luego intentar atribuir este cambio dramático a nada más convincente que una miserable invención … Eso simplemente no tendría sentido”.[20]
Fue la transformación dramática en el comportamiento de los discípulos lo que convenció a Morison de que la resurrección realmente se produjo. Escribió: “Quienquiera que se refiera a este problema tarde o temprano se enfrentará a un hecho que no se puede explicar … Este hecho es que … una profunda convicción llegó al pequeño grupo de personas, un cambio que da fe del hecho de que Jesús había resucitado de la tumba”.[21]
En la inversión de su escepticismo, Morison cambió el título de su libro a Quién movió la piedra, en el que se documentan las pruebas que lo convencieron de que la resurrección de Jesucristo fue un acontecimiento histórico verdadero.
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