¿Probó Jesús sus afirmaciones?
Hacia el final de los tres años de ministerio de Jesús, les dijo a sus discípulos que sería condenado y asesinado en Jerusalén.
¡Era una noticia devastadora! Los discípulos habían pasado tres años con él. Habían visto una gran cantidad de milagros y escuchado sus enseñanzas sobre el amor incondicional y la gracia de Dios. ¡Estaban estupefactos!
Sin embargo, Jesús les dijo algo más que no entendieron del todo. Dijo que después de su muerte resucitaría.
Su promesa de resucitar de entre los muertos puso todo el ministerio de Jesús en riesgo. Si vencía a la muerte, eso validaría su afirmación de deidad. Y eso significaría que todo lo que nos dijo acerca de Dios, él mismo y nuestro propósito y destino fue verdad.
Incluso su promesa: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera” (Juan 11:25, Versión estándar en inglés [ESV]).
Wilbur Smith, quien fue un erudito de la Biblia, explicó: “Cuando dijo que resucitaría de entre los muertos al tercer día después de ser crucificado, dijo algo que solo un tonto se atrevería a decir si esperaba la devoción de algún discípulo, a menos que estuviera seguro de que iba a resucitar”.[17]
Como Jesús predijo, fue tomado prisionero, condenado a muerte por Poncio Pilatos y crucificado en una cruz romana.
Después de permanecer colgado en la cruz durante seis horas, Jesús murió. Un guardia romano perforó su costado para asegurarse de que estuviera muerto. Entonces, Jesús fue enterrado en la tumba de un miembro adinerado del consejo judío, José de Arimatea. Se ordenó a los guardias romanos vigilar la tumba las 24 horas.
Los discípulos de Jesús se habían ocultado y temían ser arrestados y posiblemente ejecutados como Jesús ellos también.
Pero al tercer día, María Magdalena y otras mujeres corrieron apresuradas hasta los discípulos y aseguraban haber visto vivo a Jesús. Poco después, los testigos oculares nos cuentan que Jesús apareció vivo ante Pedro, Juan y otras 500 personas. Los discípulos se transformaron de repente.
Peter Steinfels de The New York Times escribió: “Poco después de que Jesús fuera ejecutado, sus seguidores fueron repentinamente impulsados de un grupo disperso y acobardado a personas cuyo mensaje, predicado con sus vidas en riesgo, acerca de un Jesús vivo y un reino venidero, eventualmente cambió un imperio. Algo pasó…¿pero exactamente qué?”. [18]
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