¿Fue Jesús el Mesías prometido?
Cientos de años antes de que Jesús naciera, los profetas del Antiguo Testamento, desde Moisés hasta Zacarías, presagiaron la llegada de un Mesías. Este Mesías, o Cristo, iba a pagar por el pecado de los hombres e iba a ser una luz en el mundo. Y, según el profeta Isaías, sería en realidad Dios en forma humana. (Isaías 9:6)
Jesús dijo que su principal misión primero era sufrir y morir por nuestros pecados. Setecientos años antes, el profeta Isaías había pronosticado el sufrimiento del Mesías por nuestros pecados.
“Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades;… cada uno seguía su propio camino, pero el Señor hizo recaer sobre él la iniquidad de todos nosotros”. —Isaías 53:5 y 6, NVI
Mientras estuvo en la Tierra, Jesús cumplió casi 300 de estas profecías del Antiguo Testamento, lo que incluyó su ascendencia, ciudad de nacimiento y milagros.[15]
Cuando sus seguidores lo vieron sanar a los cojos, sordos y ciegos, se convencieron de que era el Mesías prometido. Y cuando Pedro lo proclamó como “El Cristo (el Mesías), el Hijo del Dios viviente”, Jesús reconoció la afirmación como verdadera.
Pero Jesús también reveló otro misterio sobre su identidad que fue tan impactante que finalmente lo condujo a su juicio y crucifixión.
¿Cuál fue ese misterio?
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