Diseñado Precisamente para la Vida
Los físicos calcularon que para que exista la vida, la gravedad y las demás fuerzas de la naturaleza tenían que ser precisamente las adecuadas o no podría existir nuestro universo. Si el índice de expansión hubiera sido ligeramente menor, la gravedad hubiera jalado toda la materia de vuelta hacia una “gran contracción”. No estamos hablando solo de una reducción de uno o dos por ciento en el índice de expansión del universo. Stephen Hawking escribió: “Si el índice de expansión un segundo después del big bang hubiera sido menor, hasta por una parte en cien mil millón de millones, el universo hubiera vuelto a colapsar antes de llegar a su tamaño actual”. [11]
Por otro lado, si el índice de expansión hubiera sido mayor de lo que es, por solo una fracción, las galaxias, las estrellas y los planetas nunca se podría haber formado, y nosotros no estaríamos aquí.
Y para que exista la vida, las condiciones en nuestro sistema solar y planeta también tienen que ser justo las correctas. Por ejemplo, todos nos damos cuenta que sin una atmósfera de oxígeno, ninguno de nosotros podría respirar. Y sin oxígeno, el agua no podría existir. Sin agua no habría lluvia para nuestros cultivos. Otros elementos como el hidrógeno, el nitrógeno, el sodio, el carbón, el calcio y el fósforo también son esenciales para la vida. Pero eso no es todo lo que se necesita para que exista la vida.
El tamaño, la temperatura, la proximidad relativa, y la composición química de nuestro planeta, sol y luna también tienen que ser exactamente los correctos. Y hay docenas de otras condiciones que tenían que estar ajustadas a la perfección, o no estaríamos aquí para pensarlo. [12]
Los científicos que creen en Dios podrían haber esperado este ajuste perfecto, pero los ateos y agnósticos no podían explicar estas sorprendentes “coincidencias”. El físico teórico Stephen Hawking, que es agnóstico, escribió: “Lo extraordinario es que los valores de estos números parecen haberse ajustado precisamente para posibilitar el desarrollo de la vida”.[13]
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