El arqueólogo bíblico William Albright concluyó sobre la base de sus investigaciones que todos los libros del Nuevo Testamento fueron escritos mientras la mayoría de los apóstoles seguían vivos. Él escribió, “Ya podemos decir categóricamente que no hay ningún fundamento sólido para datar a ninguno de los libros después de aproximadamente 80 d.C., dos generaciones enteras antes de las fechas de 130 a 150 d.C. que han propuesto los críticos actuales más radicales del Nuevo Testamento”.[4] En otro texto, Albright calculó que el Nuevo Testamento en su totalidad fue escrito “muy probablemente entre alrededor de 50 d.C. y 75 d.C.”.[5]
El especialista con fama de escéptico John A. T. Robinson calcula que el Nuevo Testamento data de una fecha aún más temprana que la mayoría de los especialistas conservadores. En “Volver a datar el Nuevo Testamento” (Redating the New Testament) Robinson dice que la mayor parte del Nuevo Testamento fue escrita entre 40 d.C. y 65 d.C. Eso significaría que fue escrito en una fecha tan temprana como siete años después de la muerte de Jesús.[6]Si fuera cierto, cualquier error histórico hubiera sido revelado inmediatamente, por los testigos directos y por los enemigos del cristianismo.
Veamos entonces el reguero de pistas que nos lleva desde los documentos originales hasta nuestras copias actuales del Nuevo Testamento.
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